Guía de audioPanteón de París
Panthéon
Mausoleo del siglo XVIII con fachada de columnata y restos de viviendas de notables ciudadanos franceses.
En pleno corazón del Barrio Latino de París se alza el Panteón, un imponente edificio situado en la colina de Sainte-Geneviève. Desde el primer instante, su grandeza clásica llama la atención: altas columnas corintias conducen a una amplia fachada porticada y, por encima de todo, se eleva una gran cúpula que recuerda a los templos de la antigua Roma. Fue el rey Luis quince quien impulsó este ambicioso proyecto a mediados del siglo dieciocho, tras recuperarse de una grave enfermedad. En señal de gratitud, prometió erigir una iglesia en honor a Santa Genoveva, patrona de la ciudad. Sin embargo, la ironía quiso que, aunque el monarca se salvó, su querida amante no sobrevivió.
La construcción comenzó en la década de mil setecientos cincuenta. El diseño estuvo a cargo de Jacques-Germain Soufflot, quien mezcló columnas de inspiración griega, dramatismo barroco, cúpulas de sabor románico y ciertos guiños a la verticalidad gótica. Sin embargo, hoy el edificio se reconoce por su marcado estilo neoclásico. Cuando finalmente se concluyó la obra, Francia había dado un giro: la Revolución estaba en pleno auge, la monarquía había caído y la que fuera iglesia pronto se transformó en mausoleo nacional para los “grandes hombres”, como reza la inscripción sobre la entrada.
En la cripta, solemne y austera, reposan los restos de algunos de los ciudadanos más ilustres de Francia: Voltaire, filósofo del Siglo de las Luces; Jean-Jacques Rousseau, escritor y pensador; Victor Hugo, cuyas historias dieron voz al pueblo de París; Émile Zola, defensor de la justicia social; Marie Curie, pionera de la ciencia, y Alexandre Dumas, autor de Los tres mosqueteros, admitido tras intensos debates que duraron años.
Bajo la enorme cúpula cuelga y oscila suavemente el hipnotizante péndulo de Foucault, una réplica del aparato que en el siglo diecinueve demostró el movimiento de rotación de la Tierra.
Hoy, los visitantes pueden subir varios cientos de escalones hasta la plataforma panorámica de la cúpula, desde donde se contempla una de las vistas más espectaculares de París. Solo unos pocos pueden estar allí al mismo tiempo, por lo que este rincón sobre los tejados de la ciudad ofrece una tranquilidad y una sensación de privacidad casi secreta. El Panteón sigue siendo símbolo del orgullo francés y de su legado intelectual, el lugar de descanso de quienes transformaron la historia de la nación.